Un huerto casero significa salud por donde lo mires, y no solo salud física sino también salud mental. Cultivar tus propios alimentos está cada vez más recomendado para cualquier persona. Quien tiene un huerto… tiene un propósito. El huerto desestresa. Es muy curativo.
Beneficios emocionales de los huertos
La práctica ambiental de dedicarte a cultivar huertos, entre beneficios a la salud, señalan bienestar psicológico.
Estudios indican que la salud física y emocional está estrechamente relacionada con los factores ambientales del entorno.
El hecho de plantar y ver crecer los cultivos, contribuye a sentirte más tranquilo y relajado, favoreciendo un aumento del bienestar mental y emocional.
Igualmente, reporta una sensación placentera de satisfacción personal, relajación y disminución del estrés y la ansiedad, y favoreciendo la concentración. Los sentimientos de soledad disminuyen ayudando a afrontar la vida de forma positiva.
Otros beneficios
- Tiempo en familia.
- Enseñarás cosas nuevas.
- Si tienes niños pequeños, comprenderán la importancia de cuidar el medio ambiente.
- Ideal como actividad de bienestar para las personas mayores.
Y en los pacientes…
Se han visto varios beneficios en los pacientes que presentan enfermedades mentales al trabajar en huertos caseros. Manifiestan sentirse más tranquilos, duermen mejor, pueden, en muchos casos, rebajar la medicación que están tomando y hasta reducir sus episodios de hospitalización.
A la hora de cuidar los huertos, tanto la vista, olfato, oído, ese contacto con la naturaleza y el estar enfocado en el presente, producen un efecto de relajación. También, se ha visto mejoría en los estados de ánimo y se mantienen más felices en el tiempo, provocando que se sientan optimistas y con más confianza de sí mismos. En general, ayuda a mejorar la calidad de vida y tener sentido de compromiso con una meta.
Ayuda a mejorar la autoestima, ya que desde el primer momento que plantan ven cómo crecen las plantas, se dan cuenta de que se trata de un ser vivo, que requiere unos cuidados, y que, si se los ofrecen, da frutos. Ven cómo su trabajo prospera, y eso les anima. Por otro lado, ayuda a asumir responsabilidades, concentración y perseverancia para la consecución de un objetivo común, y promueve el desarrollo de valores y aptitudes a partir de una experiencia.