Por: Psic. Marissel C. Barrios V.
Pero ¿qué es realidad y qué es un mito cuando hablamos de los efectos psicológicos para los usuarios consumidores de videojuegos?
Un videojuego es un tipo más de juego, lo que supone una actividad poco seria y fuera de la normalidad, que se ejecuta de manera libre y consciente, que no ofrece recompensa económica a su ejecutor.
En esta actividad se pueden apreciar unas reglas que todos los jugadores deben cumplir. También, hay un afán por generar grupos que otorgue a sus individuos cierto nivel de identidad personal.
“Efectivamente los videojuegos, al igual que cualquier otra fuente de ocio, pueden causar adicción. Esta aparece si se dedica una cantidad de tiempo excesiva en comparación al tiempo que dedicamos a otras actividades que pueden contribuir a nuestro bienestar, como, por ejemplo, la actividad física; el tiempo que el perfil medio de un chico en los videojuegos le dedica al deporte suele estar reducido al mínimo. Pero la realidad es que algunos videojuegos, actualmente, buscan poner al jugador en movimiento, más allá de sus dedos. Y no todos los chicos que ocupan tiempo en videojuegos son reacios a la actividad física.
“Efectivamente los videojuegos, al igual que cualquier otra fuente de ocio, pueden causar adicción»
Socialización diferente
También, se ha hablado mucho de si los videojuegos suponen un paso atrás en la socialización. La realidad es que suponen un tipo de socialización diferente. Se ha comprobado que, si un grupo de niños juega a un videojuego en grupo, los procesos de comunicación y las reglas se establecen del mismo modo que si juegan a otro tipo de juego más “tradicional”. Por otro lado, se ha determinado que los videojuegos en línea (a través de internet) suponen para la socialización una ruptura con los límites geográficos. En este tipo de socialización los usuarios pueden comunicarse tanto por mensajes de texto como por mensajes de voz, incluyendo en algunos casos las videollamadas, por lo que la afirmación de que los videojuegos aíslan a las personas y que no las permiten socializar o “tener amigos” es completamente falsa.
¿La creatividad se afecta?
Igualmente, algunas personas suelen mantener la idea de que los videojuegos “atontan” o retrasan el desarrollo de algunas capacidades. La realidad de la creatividad en relación al consumo de videojuegos no se ve afectada, es más, se puede ver mejorada. Esto se debe al alto nivel de complejidad que están alcanzando los desarrolladores de videojuegos en su trabajo. Esta complejidad permite un nivel de variedad en las actividades que se pueden llevar a cabo cuando jugamos, que puede satisfacer diferentes gustos con un mismo juego. Además, la libertad de la que disfrutan las personas en algunos videojuegos para hacer lo que deseen en cualquier momento, les empujará hacia diferentes formas de creatividad con tal de romper con la monotonía de sus partidas.
Juegos violentos
Por último, mucho se ha atacado a los videojuegos poniéndolos como guía de la violencia juvenil. Algunos juegos como son los populares juegos de guerra también llamados “shooters” (véase el “Call of Duty”) o juegos de rol como son el GTA (Grand Thef Auto) o el Red Dead Redemtion, han sido objetivo de noticias que intentan relacionar los videojuegos con sucesos violentos y descontextualizados. Esto pretende afirmar que el consumo de videojuegos violentos es una causa directa del desarrollo de conductas violentas. Sin embargo, la mayoría de estos juegos no fomentan la violencia, ya que, al ejercerla en el videojuego, se generan al mismo tiempo unas consecuencias negativas para el jugador, que incluso pueden llegar a impedirle progresar en la propia historia del juego.
Es importante que los padres estén familiarizados con los videojuegos, leer las etiquetas de las edades que son aptas para el tipo de juego, repartir el tiempo para que realicen actividades en familia que fomenten su convivencia. La realidad de los videojuegos gira en torno a un consumo responsable que debe ser interiorizado por los jugadores y fomentado por los padres en el caso de los jugadores más jóvenes, siempre desde la razón y nunca desde el castigo. Utilicemos diversas alternativas, inventemos juegos, noche de películas, de adivinanzas y vamos combinando.
Como padres nos toca ser responsables en la crianza y que esta sea respetuosa, positiva y con amor.