Labio y/o paladar hendido constituye una de las malformaciones congénitas de cabeza y cuello más comunes; y el segundo defecto de nacimiento más frecuente, después del síndrome de Down.
Las malformaciones congénitas son anomalías de nacimiento que afectan la estructura de un órgano, miembro o sistema y que pueden detectarse a través del examen físico o imagenológico.
Algunos estudios reportan que su presencia puede estar relacionada con varios factores de riesgo, como antecedentes familiares, consumo de alcohol, tabaquismo, nutrición deficiente, la no ingesta de ácido fólico durante el embarazo, infecciones virales, drogas o agentes teratógenos, entre otros.
El tabaco es una de las drogas legales con mayor aceptación socialmente. Los riesgos que implica este mal hábito durante el periodo de gestación son bien conocidos; sin embargo, a pesar de esto, sólo un tercio de las mujeres fumadoras abandona el hábito. El cigarrillo se compone de sustancias muy nocivas como monóxido de carbono, alquitrán, nicotina, nitrosaminas y mercurio, entre otros. Estas sustancias producen problemas en el feto.
Por otro lado, el consumo de ácido fólico y suplementos multivitamínicos en la etapa periconcepcional, reducen el riesgo de malformaciones congénitas y por ende de labio y/o paladar hendido, convirtiéndose en factores protectores de esta malformación.
El tratamiento del paciente con labio y/o paladar hendido es muy extenso; inicia desde el periodo neonatal, prolongándose hasta las etapas de dentición decidua, mixta y permanente, llegando a la edad adulta. El trabajo de otras especialidades como odontólogos, ortodoncistas, cirujanos maxilofaciales, cirujanos plásticos, fonoaudiólogos, nutricionistas, psicólogos, genetistas, etc, es imperativo.
El paciente con labio y/o paladar hendido presenta problemas dentales y esquelético, como ausencia de algunas piezas, malposiciones dentales, dientes anómalos y crecimiento anormal de los maxilares.
Existen otras alteraciones funcionales presentes, como dificultad del bebé para succionar leche de la madre, alimentarse, respirar, pronunciar fonemas e infecciones en el oído. Esta alteración también viene acompañada de afectaciones psicológicas, tanto para el niño como para los padres.
A pesar de que existe un protocolo de atención para estos pacientes, en el cual participan diversos especialistas, la mejor herramienta para la madre es poner en práctica todas las acciones que ayuden a prevenir la presencia de esta anomalía congénita durante el embarazo, llevando un estilo de vida saludable basado en una buena alimentación, actividad física y evitando hábitos nocivos como el alcoholismo y tabaquismo.