La Piel es el órgano de mayor superficie y peso, puede alcanzar de 1 a 2 m2 y pesar hasta 4 kg. Su función nos permite tener: el sentido del tacto, olor corporal, la estética de la belleza, la de proporcionar aislamiento y protección al resto de los órganos del cuerpo, sirve de barrera física de las bacterias, de la deshidratación y de las radiaciones.
A medida que avanza la edad la piel va presentando cambios, que van relacionados con el proceso de envejecimiento fisiológico del cuerpo humano, se debilita haciéndose más pálida y transparente, se hace frágil porque se adelgaza, pierde grasa y se forman arrugas, aparecen manchas, moretones y heridas con mayor facilidad y tardan en curar, y en las personas adultas mayores se necesitan cuidados especiales para la piel, ya que es más propensa a la resequedad, acentuándose en el verano (zona cálida).
¿Cómo se debe proteger?
- Tomando menos sol a lo largo de la vida. Buscar la sombra en la medida de lo posible, evitar las horas de mayor insolación y aplicar un protector solar.
- Llevar a cabo controles periódicos del estado de la piel.
- Hidratándose, tomando de 6 a 8 vasos de agua de 8 onzas al día.
- No fumar.
¿Qué vestuario usar?
- Uso de vestidos y calzados confortables, de colores claros y material no sintético.
- Utilizar gafas de sol y sombrero.
Medidas de prevención
1) Hidratarla: la correcta hidratación de la piel se logra con una serie de medidas:
- Beber al menos 2,5 litros de agua al día.
- Incrementar la ingesta de frutas y verduras en la dieta.
- Utilizar agua templada, ni fría ni caliente para bañarse.
- Utilizar una crema hidratante después del baño.
- Usar jabones suaves para el aseo personal.
- Evitar los espacios con ambientes muy secos. Se puede utilizar un deshumidificador en casa.
- No fumar.
2) Protegerla del sol: La radiación ultravioleta procedente del sol son efectos nocivos acumulativo, por lo que, a más edad, mayor es el riesgo de quemaduras, alergias y que se pueda formar un melanoma o cáncer de piel. Asimismo, la exposición al sol y el calor favorecen la deshidratación, con un mayor riesgo en las personas adultas mayores.
Se puede prevenir con las siguientes precauciones:
- Limitar el tiempo que se pasa al sol.
- Utilizar filtros solares de alta protección.
- Caminar, en la medida de lo posible, por la sombra y si se hace al sol vestirse con ropa amplia, de algodón, de manga larga y de colores muy claros.
- Utilizar sombrero de ala ancha.
Recomendaciones
Tomar en cuenta que el lavado frecuente no necesariamente ayuda a la salud de la dermis.
Cuidados de la piel para mantenerla saludable y radiante:
• Limpiar el rostro diariamente con un jabón suave hidratante, que vaya de acuerdo con el tipo de piel.
• Exfoliar la piel para desechar células muertas. Los exfoliantes los pueden encontrar en tiendas especializadas, pero se puede emplear la sábila como producto natural. Es ideal realizar este proceso a través de masajes suaves, una o dos veces por semana.
• Hidratar la piel con cremas, de acuerdo con la edad y tipo de piel. Es un tratamiento posterior a la limpieza y exfoliación, y es ideal realizarlo todos los días. La hidratación no solo se consigue con cremas, también incluye el consumo de agua y frutas.
• El consumo de calcio es importante a partir de esta edad porque su ausencia produce la deshidratación de la piel. Este mineral lo encontramos en la leche, queso, pescados, mariscos, semillas de girasol, leguminosas y vegetales de hojas verdes.
• Emplear protector solar en las zonas que se expongan al sol. Esta recomendación es para las personas de todas las edades para evitar el cáncer de piel. Se recomienda que el factor solar más adecuado para los mayores es el SPF 50+UVA.
- Es necesario tener especial precaución si tomas medicación a diario, porque muchos medicamentos pueden ser fotosensibilizantes, es decir que pueden producir una reacción de mayor sensibilidad al sol. Puedes consultar a tu médico o farmacéutico, y si es tu caso, extrema la precaución.
También se recomienda visitar a un dermatólogo ante la presencia de alguna señal como manchas, lunares, acné, venitas rojas u otro. Evitar, en lo posible, algún tratamiento casero que no esté recomendado por un especialista ya que podría agravar el posible problema.
¿Qué hacer en caso de golpe de calor?
Las altas temperaturas y la humedad excesiva pueden ocasionar la deshidratación en las personas adultas mayores y causarles insolación o golpe de calor.
Las molestias pueden iniciar como un dolor de cabeza, mareo o nauseas que pueden acompañarse de vómito.
Lo primero que se debe hacer es ir a un servicio de urgencias y si está fuera de su posibilidad, hay que seguir los siguientes pasos:
- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que le pueda entrar aire.
- Para reducir la temperatura corporal, hay que quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca y otras partes del cuerpo.
- También debe beber agua fresca (le ayudará a bajar la temperatura corporal) para rehidratarse, pero debe hacerlo a pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.
- Una vez que haya mejorado su estado hay que acompañarla a un servicio médico de urgencias para someterla a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento médico durante algunos días.
- Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que acostarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.
Puede seguir con molestias graves como son calambres, aumento de temperatura corporal, convulsiones, alteración de la conciencia o desorientación, que puede llegar al colapso y es prioridad ser llevado al servicio de urgencia.