El suicidio es un problema de salud pública de gran relevancia en las Américas y Panamá no escapa de esta realidad.
Se han registrado avances en las actividades de prevención del suicidio en algunos países del mundo en los últimos años, pero se necesita hacer mucho más y más ahora que el mundo se encuentra en una crisis como lo es la pandemia del COVID-19.
«A pesar del progreso y conciencia que han desarrollado muchos países, una persona todavía muere cada 40 segundos por suicidio»
“Cada muerte es una tragedia para familiares y amigos. Sin embargo, los suicidios son prevenibles y hay mucho que se puede hacer.
Casi tres veces más hombres que mujeres mueren por suicidio en países de altos ingresos, en contraste con los de bajos ingresos y países de ingresos medios, donde la tasa es más igualitaria.
Si alguien dice que está pensando en el suicidio o se comporta de una forma que te hace pensar que podría tener pensamientos suicidas, no le quites importancia a la situación. Muchas personas que se suicidan han expresado su intención en algún momento. Quizás pienses que estás exagerando, pero la seguridad de tu amigo o ser querido es lo más importante. No te preocupes porque esto genere algún problema en la relación, ya que la vida de alguien está en juego.
Tú no eres responsable de evitar que alguien termine con su vida y muchas veces no se podrá evitar lamentablemente, pero tu intervención puede ayudar a la persona a ver que hay otras opciones disponibles para mantenerse seguro y recibir tratamiento.
Preguntarle a una persona acerca de pensamientos o sentimientos suicidas no la motivará a tener conductas autodestructivas. De hecho, ofrecer la oportunidad de hablar acerca de los sentimientos puede reducir el riesgo de que siga sus sentimientos suicidas.
No siempre puedes saber cuándo un ser querido o un amigo está pensando en suicidarse. Sin embargo, estos son algunos signos frecuentes:
• Hablar acerca del suicidio; por ejemplo, hacer afirmaciones como «voy a matarme», «quisiera estar muerto» o «desearía no haber nacido»
• Obtener los medios para atentar contra su propia vida, como comprar un arma o almacenar píldoras.
• Retraimiento de la vida social y deseo de estar solo.
• Tener cambios de humor, como pasar de estar eufórico un día a estar profundamente desalentado al día siguiente.
• Sentir desesperanza o impotencia ante una situación.
• Aumentar el consumo de alcohol o de drogas.
• Sufrir cambios en la rutina normal, por ejemplo, cambios en la alimentación y en los horarios de sueño.
• Hacer cosas riesgosas o autodestructivas, como consumir drogas o conducir con imprudencia.
• Regalar sus pertenencias o dejar sus asuntos en orden cuando no existen motivos lógicos para hacerlo.
• Despedirse de las personas como si la despedida fuera definitiva.
• Desarrollar cambios de personalidad o estar sumamente ansioso o agitado, en particular al experimentar algunos de los signos de advertencia antes indicados.
10 cosas que puedes hacer si un amigo o un ser querido está pensando en suicidarse
• Alienta a la persona a que llame a una línea de ayuda.
• Alienta a la persona a buscar tratamiento (Es posible que una persona suicida o que sufre una depresión grave no tenga la energía o la motivación para buscar ayuda).
• Ofrécele a la persona ayudarla a buscar asistencia y apoyo.
• Alienta a la persona a comunicarse contigo. Una persona suicida puede verse tentada a reprimir los sentimientos porque se siente apenada, culpable avergonzada. Brinda contención y comprensión, y expresa tus opiniones sin echar culpas. Escucha atentamente y evita las interrupciones.
• Sé respetuoso y reconoce los sentimientos de la persona. Recuerda que aunque una persona suicida no piense de forma lógica, las emociones son reales. No respetar los sentimientos de la persona puede terminar la comunicación.
• No minimices ni compares su situación.
• Nunca prometas mantener en secreto los pensamientos suicidas de una persona.
• Bríndale palabras de esperanza.
• Alienta a la persona a evitar el consumo de alcohol y drogas.
• Si es posible, elimina los elementos potencialmente peligrosos de su casa.
Las estrategias de prevención abarcan la vigilancia, la restricción de los medios utilizables para consumar el suicidio, directrices para los medios de difusión, la reducción del estigma y la concientización del público, así como la capacitación del personal de salud, educadores y policías, entre otros. También educar a los medios de comunicación sobre cobertura responsable del suicidio, implementar programas entre los jóvenes para desarrollar habilidades para la vida que les permitan hacer frente a las tensiones de la vida; e identificación temprana, manejo y seguimiento de personas en riesgo de suicidio.
Próximamente se incorporarán en Panamá estrategias de prevención y de educación dirigidas a población en general.